
Cuando era pequeñx, mi abuelo se empecinaba en contarme historias de la guerra y yo era lo suficientemente ignorante como para que me aburrieran sus cuentos. Las clases de historia en el colegio tampoco eran mi fuerte hasta que empecé a comprender que no hay mejor cosa en esta vida que conocer la historia de tu vida, la historia de tu tierra, tu propia historia. A día de hoy podemos saber qué ha ido pasando a lo largo de la vida gracias a los libros de texto, a los testimonios de las personas que vivieron cada uno de los acontecimientos importantes que merece la pena recordar. Nuestra historia, la hacemos nosotros y siempre ha sido así. Los de un lado cuentan la historia de una forma, y los del otro, de otra. Siempre ha sido así.
Cuando nuestrxs hijxs empiecen a interesarse por la historia de su pasado, podremos contarles cómo vivimos la gran crisis del capitalismo, la caída de las torres gemelas, los grandes atentados del país, el vertido de chapapote en nuestras costas galegas, cómo un viejo franquista nunca se moría y seguía siendo 'servidor del pueblo' con la llave del infierno, las grandes tormentas que anegaron partes de nuestra tierra, los calores que pasábamos en los veranos infernales, cómo no corríamos delante de los grises, pero lo hacíamos delante de los azules para que no nos aporrearan por estar en una plaza o por beber una cerveza en un banco, cómo decidimos sentarnos todos en la Puerta del Sol a decidir qué hacemos con nuestro país... Todo eso podremos contárselo de nuestra propia boca. Pero, ¿quién les contará todo lo que vino antes? ¿Quién les contará cómo un mequetrefe del tamaño de una pulga fue capaz de aterrar a un país entero, obligando a las grandes mentes a escapar y esconderse en otros países, y matando a los que se quedaban aquí? Ya no estarán nuestros abuelos para contarles eso. Nuestros padres tampoco lo han vivido tan de cerca, y cuando llegue el día, tal vez no lo recuerden todo con nitidez. Es entonces, cuando surge la necesidad de los libros que nos cuenten esas historias. ¿Pero qué libros les quedarán a nuestrxs hijxs para que sepan qué fue lo que pasó?
Uno de ellos será el Diccionario Biográfico Español, que acaba de publicarse. Un monstruo de 40 tomos con unas 40.000 entradas, nombres y apellidos de la historia. De esas 40.000 entradas, menos de un 8% corresponde a nombres de mujeres, ¿y quiero que mis hijxs crezcan creyendo que las mujeres no hicieron nada importante, que no dejaron un legado importantísimo en su vida? La biografía de Francisco Franco viene de la mano de Luis Suárez, historiador presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos y de la fundación Francisco Franco, ¿cómo les explicaré a mis hijxs que a pesar de lo que diga el diccionario, sí era una dictadura, sí firmó sentencias de muerte -y no sólo las firmó, sino que muchas las maquilló-, sí era autoritario y no 'a veces un poco personalista', y no, no era valeroso? En mi casa tendremos que crear una lista de libros negros, y éste será el cabeza de cartel. No creía posible que, a estas alturas de la vida, se pudiera mentir tan gratuitamente; ya recuerda este diccionario a los inicios de la Wikipedia, cuando todavía se podía escribir lo que viniera en gana sin que nadie te lo modificara. Que en Alemania sea delito negar el Holocausto, o que en Italia tras la muerte de Mussolini se declararan, en la misma constitución, antifascistas, y que nosotros, nos hayamos quedado atrás... eso es algo que sería imposible de plasmar en un diccionario. No existen palabras para tanta vergüenza.