martes, 24 de enero de 2012

Feliz día de los periodistas

Considero que hoy, a punto de acabar este 24 de enero, es un día señalado para retomar mis bagajes literarios y volver a los mundos del blog. San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. Bastante polémica levanta cada año este patrón, y su celebración más; y este año tan negro –a pesar de que sólo llevemos 24 días de año, ya sabemos que ha sido negro y que seguirá siéndolo– no podía ser menos. Por eso, millones de indignados han criticado a lo largo y ancho de las redes sociales, Twitter por excelencia, la profesión del periodista mientras nosotros, los que amamos nuestro trabajo, nos intentábamos apoyar los unos a los otros demostrando que estamos orgullosos de ser lo que somos, y que más que nunca, debemos estar juntos para salir de este agujero en el que nos encontramos.
En vísperas de lo un día como hoy –24 de enero, San Francisco de Sales, #diadelosperiodistas–, la junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid ha publicado un comunicado manifestado su rechazo, indignación y repudio hacia la situación de precariedad que vivimos los periodistas, y en especial, nosotros los becarios. Con bromas como cobrar 70 dólares al mes por escribir tres artículos especializados diarios o hacer contrato de formación a licenciados, pagar una miseria pero hacer trabajar como un periodista más son algunas de los retos a los que nos enfrentamos cada día. Según la APM, son más de 10.000 periodistas españoles los que se han quedado en el paro este año, sobre todo, teniendo en cuenta la cantidad de recién licenciados que no pueden acceder a un trabajo.

En un día como hoy, 24 de enero, San Francisco de Sales, #diadelosperiodistas, el profesor Pedro García-Alonso, de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid publica en su blog, en el que por cierto, siempre ofrece ayuda a sus alumnos, un post titulado «Nueve respuestas», en el que opina sobre la situación actual. Y nos lo pinta del color que es: «A menos de 18 meses, no habrá aquí nada de nada que rascar».
En un día como hoy, 24 de enero, San Francisco de Sales, #diadelosperiodistas, todos o casi todos los medios de comunicación tienen en sus portadas digitales una noticia importantísima: «El FMI advierte de que España no cumplirá los objetivos del déficit», «El FMI prevé que España inclumpla el objetivo de déficit durante dos años», «El FMI dispara hasta el 6,8% el déficit de España en 2012». Y también, noticia más importante si cabe, es la consecuencia que deriva de esto: «El Banco de España certifica el inicio de otra dura recesión con más paro». Todos aquellos que quisieron votar «al cambio», todos los que creyeron que Rajoy nos haría ganar confianza internacional, espero que estén en sus casas tirándose de los pelos uno a uno.
En un día como hoy, 24 de enero, San Francisco de Sales, #diadelosperiodistas, el presentador de El Intermedio, el archiconocido levantapasiones Gran Wyoming y su compañera Sandra Sabatés se han hecho eco de esta noticia, y nos recuerdan a la hora de la cena y con el guiso de pollo llenándonos la boca, que este año no se va a generar empleo, sino que mucha gente perderá el que tiene actualmente. MÁS PARO. No sabía ni que cupiera la posibilidad de haber más paro.
En un día como hoy, 24 de enero, San Francisco de Sales, #diadelosperiodistas, a mí la empresa para la que trabajo me ha dado de alta en la Seguridad Social como trabajadora en formación, después de casi tres meses de que saliera el Real Decreto que lo hacía obligatorio, y 7 días antes de que finalizara el plazo, y un mes después de que yo empezara a dar la lata para que me dieran de alta. Cobrando una miseria, por supuesto, y cobrando menos a partir de ahora.
Pero lo más importante es lo que ha dicho Àngels Barceló –o al menos, la que yo creo que es Àngels Barceló– en su Twitter:
«Dicen que hoy es el #diadelosperiodistas, nada que celebrar,
mucho de qué preocuparnos»
.

En un día como hoy, 24 de enero, San Francisco de sales, #diadelosperiodistas, yo no sé qué va a ser de mi carrera; ni siquiera sé qué será de mí dentro de dos meses cuando venza mi triste contrato de formación en el que no me estoy formando, porque gracias, pero todo esto ya me lo han enseñado en mis otros años de formación, durante la carrera y tras haberme licenciado. Estamos escaldados. Jodidos. Y aun así, seguimos amando nuestra profesión. El problema es que, a día de hoy, el amor al arte no da de comer. Y creo que muchos periodistas nos encontraremos, invitándonos a comer, probablemente fuera de España.

martes, 10 de enero de 2012

Desesperación periodística

No sé si lo habréis notado, pero estamos en crisis. La situación está muy mal. Pero si tenéis amigxs periodistxs, seguro que ellos os dicen "El mundo del periodismo siempre está en crisis"; es un tópico que cada uno aplica a lo que necesita, pero es cierto, que el mundo del periodismo, siempre está en crisis. Hace poco, David Jiménez explicó exactamente en la situación en la que estamos los periodistas, o más bien, en la situación en la que nos obligan a estar y acertó con bastante exactitud.
Todos los días me levanto para trabajar. Hace tres meses estaba desesperada, buscando algo que me sacara de casa y evitara que se me cayeran las paredes encima. A un culo inquieto no le basta con tener que ir todas las tardes a clase y tener un blog donde expresarse sin que le juzguen, necesita rellenar esas horas matinales. Y hace tres meses, acepté uno de esos tan famosos contratos de formación. Al menos, aun mal pagado, estaba haciendo algo para lo que había estudidado.
No hay peor manera de perderle el respeto a tu profesión que realizando un contrato de formación, vamos, estar de becario: obviamente, te mandan a las basuras a las que nadie quiere ir –aunque muchas veces, sí sirven de algo, sí son interesantes y sí, aprendes mucho–, con suerte te dan un margen de libertad, pero en ocasiones te atan corto. No me disgusta trabajar con mal sueldo, no he nacido para pedir subidas de sueldo, ni siquiera para quejarme por el dinero si el resto va bien. El problema es que nada va bien. Pagan mal y tarde, y además, me han robado vida laboral, que a día de hoy es casi lo que más me preocupa a largo plazo. Cobro una mierda, pero si todo lo demás fuera bien no importaba. Pero pagan mal y tarde, me roban la vida laboral y me atan (no mucho) pero sí bastante corto.
Probablemente acabaremos como lo dijo David Jiménez y como lo dijo Cela: «trabajando sin horario ni garantías, a menudo de noche, ofreciendo sus servicios al mayor número de clientes posible y soportando a los aprovechados que tratan de regatear los precios o que el servicio les salga gratis». Yo, por el momento, he decidido seguir manteniendo la poca fuerza que me queda para mantenerme a flote, mientras busco un trabajo de camarera que probablemente me satisfaga mucho menos, pero que al menos me permita llegar a fin de mes sin tener que contar la calderilla que me queda para poder tomarme una caña.

martes, 27 de septiembre de 2011

Lo fácil de ser periodista

No hay carrera profesional que conlleve más mentiras que la de periodismo. Para ser periodista se necesita tener vocación. Mentira. Para ser periodista tienes que saber contar historias. Mentira. Para ser periodista tienes que estudiar una carrera. Mentira. Para ser periodista tienes que ser objetivo. Más mentira.
Un nombre artístico, un poco de tiempo libre -que a día de hoy es fácil conseguir- y un mínimo de conocimientos de Internet son suficientes para poder ser considerado periodista a día de hoy. La gente ya no lee, ya no piensa, ya no se crea su propia opinión. Ahora, con suerte, abres un periódico, lees cuatro artículos que crees que coinciden con tus opiniones, y eso es todo lo que sabes sobre el tema. La gente no se preocupa en saber si lo que lee es cierto o no. Entonces, cuando tienes tu impresión-sobre-temas-actuales-forjada-gracias-a-la-opinión-de-otros, te montas tu blog, le das un toque intelectual (un dibujito de unas gafas, o un colorido básico minimalista), cuentas las decisiones que has tomado en tus últimas horas con respecto al tema de moda y voilà, eres periodista freelance.
Ya no impresiona escribir en un medio, ya no importa tener las mínimas aptitudes ortográficas, sintácticas o gramaticales y ya no cuenta para nada haber estudiado una carrera; ahora lo que importa es tener una cara peculiar, contar con los eternos-amigos-del-infierno, y contar con una red social desde la que publicitar tus textos. Ya no impresiona saber de economía, ya no importa creer en algo diferente a los demás y no cuenta para nada conocer todas las opciones antes de opinar; ahora lo que importa es aparentar que no eres tonto, unirte a la posición mayoritaria (o a la minoritaria, si tienes un poco de valentía) y contar con tus palabras -o no- lo que otros han dicho. Tal vez tengamos que admitir las críticas que reciben la mayoría de los periodistas actuales, quizás tengan razón; para mí es sólo un problema de contenido. Se ha perdido por el camino el significado auténtico del ser periodista.

domingo, 10 de julio de 2011

En paz

Ya la tiene preparada. Es una pelota inmensa de cristal, del que no se rompe cuando se cae al suelo; es duro como la piedra más fuerte del mundo. No se dobla cuando recibe golpes, ni se abolla, y tampoco tiene efecto rebote. Es un gran invento. El proceso de fabricación ha sido lento y doloroso, ha gastado en ella sangre, sudor y lágrimas, y sobre todo, ha sabido entender que no se vive de sueños. Rueda por el suelo real, no existe ningún bache que no pueda esquivar y tiene un radar para los agujeros negros que pueden llevarla a otros mundos de fantasía. Ha sabido construirla con paciencia y esmero, y el material del que está hecha es fruto de mil situaciones diferentes. Sólo le queda dar un pasito más: entrar en ella, cerrar la puerta y tirar la llave al mar. Quien encuentre la llave será dueño de la imperfección, de la desdicha y la agonía, pero siempre vistos desde el mejor de los puntos de vista. No habrá nadie que pueda entrar sin haber derramado sus ánimos y fuerzas en encontrar la llave. Y entonces, vivió en paz.

martes, 31 de mayo de 2011

Los cuentos que nos cuentan


Cuando era pequeñx, mi abuelo se empecinaba en contarme historias de la guerra y yo era lo suficientemente ignorante como para que me aburrieran sus cuentos. Las clases de historia en el colegio tampoco eran mi fuerte hasta que empecé a comprender que no hay mejor cosa en esta vida que conocer la historia de tu vida, la historia de tu tierra, tu propia historia. A día de hoy podemos saber qué ha ido pasando a lo largo de la vida gracias a los libros de texto, a los testimonios de las personas que vivieron cada uno de los acontecimientos importantes que merece la pena recordar. Nuestra historia, la hacemos nosotros y siempre ha sido así. Los de un lado cuentan la historia de una forma, y los del otro, de otra. Siempre ha sido así.
Cuando nuestrxs hijxs empiecen a interesarse por la historia de su pasado, podremos contarles cómo vivimos la gran crisis del capitalismo, la caída de las torres gemelas, los grandes atentados del país, el vertido de chapapote en nuestras costas galegas, cómo un viejo franquista nunca se moría y seguía siendo 'servidor del pueblo' con la llave del infierno, las grandes tormentas que anegaron partes de nuestra tierra, los calores que pasábamos en los veranos infernales, cómo no corríamos delante de los grises, pero lo hacíamos delante de los azules para que no nos aporrearan por estar en una plaza o por beber una cerveza en un banco, cómo decidimos sentarnos todos en la Puerta del Sol a decidir qué hacemos con nuestro país... Todo eso podremos contárselo de nuestra propia boca. Pero, ¿quién les contará todo lo que vino antes? ¿Quién les contará cómo un mequetrefe del tamaño de una pulga fue capaz de aterrar a un país entero, obligando a las grandes mentes a escapar y esconderse en otros países, y matando a los que se quedaban aquí? Ya no estarán nuestros abuelos para contarles eso. Nuestros padres tampoco lo han vivido tan de cerca, y cuando llegue el día, tal vez no lo recuerden todo con nitidez. Es entonces, cuando surge la necesidad de los libros que nos cuenten esas historias. ¿Pero qué libros les quedarán a nuestrxs hijxs para que sepan qué fue lo que pasó?
Uno de ellos será el Diccionario Biográfico Español, que acaba de publicarse. Un monstruo de 40 tomos con unas 40.000 entradas, nombres y apellidos de la historia. De esas 40.000 entradas, menos de un 8% corresponde a nombres de mujeres, ¿y quiero que mis hijxs crezcan creyendo que las mujeres no hicieron nada importante, que no dejaron un legado importantísimo en su vida? La biografía de Francisco Franco viene de la mano de Luis Suárez, historiador presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos y de la fundación Francisco Franco, ¿cómo les explicaré a mis hijxs que a pesar de lo que diga el diccionario, sí era una dictadura, sí firmó sentencias de muerte -y no sólo las firmó, sino que muchas las maquilló-, sí era autoritario y no 'a veces un poco personalista', y no, no era valeroso? En mi casa tendremos que crear una lista de libros negros, y éste será el cabeza de cartel. No creía posible que, a estas alturas de la vida, se pudiera mentir tan gratuitamente; ya recuerda este diccionario a los inicios de la Wikipedia, cuando todavía se podía escribir lo que viniera en gana sin que nadie te lo modificara. Que en Alemania sea delito negar el Holocausto, o que en Italia tras la muerte de Mussolini se declararan, en la misma constitución, antifascistas, y que nosotros, nos hayamos quedado atrás... eso es algo que sería imposible de plasmar en un diccionario. No existen palabras para tanta vergüenza.

lunes, 30 de mayo de 2011

¿Somos ilegales? NO

La desobediencia civil es un acto consciente e intencional, público, colectivo, pacífico, de infracción a una norma jurídica, apelando a la justicia y con fines innovadores y no destructivos. Si vamos punto a punto, podemos hacer una correlación entre el Movimiento 15M y esta definición.
- Acto: puede ser un 'hacer lo que no debes' o un 'no hacer lo que debes'; no es un derecho, sino un hecho. ¿Cuál es nuestro acto? Hacemos algo que no debemos [legalmente hablando], es decir, ocupamos una plaza pública sin consentimiento.
- Consciente e intencional: esto conlleva el entendimiento de lo que se hace y la voluntariedad. Somos totalmente conscientes de lo que estamos haciendo, y es un movimiento totalmente voluntario; nadie nos ha apuntado con una pistola a la cabeza para acampar en la Puerta del Sol.- Público: no hace falta definir qué es un acto público, y qué acto más público que acampar en una plaza pública, con los medios de comunicación publicitando lo que hacemos [no de forma correcta la mayoría, pero eso es otro tema].
- Colectivo: en el colectivo, la responsabilidad se da a título individual. Nosotros estamos reivindicando de forma colectiva[somos miles de individuos convertidos en un movimiento colectivo], el Movimiento 15M no es algo de una sola persona u organización, es algo de todos.
- Pacífico: en la Desobediencia Civil se prohíbe el uso de violencia como medio, aunque si se produjese un altercado violento [tanto físico como psicológico] como daño colateral, seguiría siendo desobediencia civil. El asentamiento en la Puerta del Sol no está movido por medios violentos, los mismos comerciantes de la plaza han dicho que somos "muy civilizados", y claro se ve, incluso en los medios de comunicación, que no está habiendo más altercados que los intentos de desalojo, considerándolos pues, un daño colateral.
- De infracción a una norma jurídica: para que se considere desobediencia civil se tiene que infringir una norma jurídica escrita. La desobediencia civil no es un acto ilegal, algunos autores hablan de paralegalidad, pero se debe respetar el núcleo duro de la democracia, es decir, la Constitución en sus principios básicos. Nosotros, desde la Puerta del Sol, desde las demás plazas del
Estado y del resto de Europa, y desde nuestros barrios, estamos infringiendo una norma [el hecho de haber ocupado una plaza pública] pero mantenemos los principios básicos de la Constitución: no luchamos en contra de la Constitución, luchamos por lo que la Constitución nos dice que tenemos, pero que no podemos disfrutar.
- Apelando a la justicia: la causa, la razón completa por la que se desobedece civilmente la ley, debe ser en pos de la justicia. ¿Y no es justo, señores y señoras, que luchemos por tener una democracia real, digna y en la que todos participemos?
- Con fines innovadores y no destructivos: la finalidad de la desobediencia civil nunca es destruir una norma, un Estado. Es transformarla, es mostrar que esa norma no vale y que es el momento de cambiarla. Los 4 mínimos que se piden desde la Puerta del Sol son la reforma de la Ley Electoral, la detención de la corrupción política, la separación efectiva de los poderes públicos [legislativo, ejecutivo y judicial] y la creación de mecanismos de control ciudadano para la efectiva exigencia de responsabilidad política. No pretendemos acabar con el Estado, acabar con la Constitución. Exigimos unas reformas constitucionales que nos doten de una real democracia.
Al igual que los movimientos de Mahatma Gandhi o Martin Luther King, entre otros, estamos luchando por algo justo, desobedeciendo la ley. No existe un tipo en el Código Penal español por el que se nos considere delincuentes. No somos delincuentes. Somos desobedientes civiles. Para que finalmente se nos acabe considerando desobedientes civiles, debemos además, acarrear con las consecuencias y cumplir aquello que se considere que debemos cumplir. Pero la desobediencia civil hizo que en EEUU se terminara con la segregación de negros en los autobuses y que la India consiguiera su independencia de forma pacífica.
El Movimiento 15M está siendo un éxito. ¿Por qué? Porque no estamos sobrepasando los límites de tolerancia como para que fracase. Y así ha de seguir. En el momento en que sigamos haciéndolo como hasta ahora, se considerará que no estamos delinquiendo, sino que estamos cometiendo una acción que va en contra del Derecho, es decir, antijurídica, pero justificada ética y moralmente, lo que nos deja libres de pena.

domingo, 29 de mayo de 2011

El Sol sigue en la Puerta

La Puerta del Sol ha hablado. Se decide por consenso, mantener la acampada en Sol. He oído millones de razones que me convencen por un lado para que así sea, y tal vez la más fuerte sea el hecho de que miles de personas en el Estado español y en otras ciudades europeas están luchando en apoyo al Movimiento 15M, hasta el punto de haber sufrido la brutalidad de la represión policial, como son los casos de Granada en sus primeros días, Barcelona el pasado viernes por la mañana, o París esta tarde de 29 de mayo. Hemos llegado al punto de estar ayudando a muchxs cuidadanxs a despertar de su letargo; no podemos darles la espalda ahora. ¿Pero qué nos espera ahora? No se puede mantener indefinidamente la acampada, tenemos que decidir ya cuándo nos vamos, porque cuando lo hagamos, tendrá que ser por decisión propia. No podemos esperar a que nos desalojen, tenemos que irnos, dejando la Puerta del Sol igual que estaba el 15 de mayo por la mañana, aunque con una diferencia: la historia. Y no la historia que hemos hecho, sino la historia que estamos empezando a hacer. Esto no ha hecho más que empezar. Que nos vayamos no significa que nos rindamos, al contrario, significa que seguiremos luchando, todos los días, en nuestras casas, en nuestros barrios, incluso en Sol. Pero no podemos esperar a que esto pierda fuelle. No comparto la decisión final, aunque la apoyo como indignada que soy.